El beso
Director: Jacques Feyder.
Guión: Hans Kräly, Jacques
Feyder, basada en una historia de George M. Saville (Jacques Feyder).
Estreno: 15 de noviembre de
1929.
País: EEUU.
En el Museo de Bellas Artes de Lyon, Irene
Guarry y el abogado André Dubail hablan de su amor imposible. Irene está casada
con Charles Guarry, un hombre mucho mayor que ella y extremadamente celoso.
Como Charles nunca accedería al divorcio, y el huir con André remordería la
conciencia de Irene, los enamorados deciden separarse. André parte para París. Charles
contrata a un detective privado para vigilar a su mujer. El detective le
informa que Irene tiene como pretendiente a Pierre Lassalle, el joven hijo de un
amigo suyo. Aunque Pierre está enamorado de Irene, ella le considera sólo un
adorable chiquillo.
Antes de volver al colegio, Pierre pide a
Irene una foto y un beso de despedida. La escena es sorprendida por Charles, quien
loco de celos, se lanza sobre Pierre. En la lucha, Charles muere de un disparo
realizado por su propia pistola. La policía interroga a Irene. Como la
declaración está llena de contradicciones, la joven es arrestada e inculpada de
la muerte de su marido. André regresa de París para asumir la defensa de Irene.
El abogado, que cree firmemente en su inocencia, está convencido de que
Charles, a causa de sus graves problemas económicos, se ha suicidado. En ello
basa sus tesis e Irene es absuelta.
La joven confiesa entonces a su abogado que
fue ella, quien, al ver que su marido iba a matar a Pierre, le disparó. André comprende
lo sucedido, toma a Irene entre sus brazos, la besa y le declara su amor.
The Kiss es el primer film americano
del realizador Jacques Feyder, recientemente contratado por la Metro-Goldwyn -Mayer.
Con esta película, el director va a ver cumplido el deseo de trabajar con la
actriz sueca Greta Garbo, convertida en poco tiempo en la más flamante estrella
de la compañía. Sobre una historia del propio Feyder y bajo su supervisión,
Hans Kräly se encarga de elaborar el guión del film.
Temáticamente, se trata de un melodrama
burgués convencional, pero su fluida puesta en escena hace que la película
destaque sobremanera. Para dotarla de tan peculiar look, Feyder hace construir
nuevas cámaras, a las que monta sobre unos soportes bajos que permiten un
balanceo en todos los sentidos. Con ellas, consigue rápidos desplazamientos que
le permiten rodar escenas continuas, sin pausas adicionales, que son filmadas
por Feyder desde varias posiciones. Su virtuosismo queda patente en las escenas
del proceso donde, con la utilización de hábiles picados y contrapicados,
subraya el tono dramático del film, al igual que en los planos en que convierte
la cámara en el ojo del detective. Todo ello contribuye a intensificar un
relato en el que Greta Garbo, además de brillar con luz propia, luce un
espléndido vestuario diseñado por el famoso modisto Adrian.
Estrenada el 15 de noviembre de 1929 en el
Capítol Theatre de Nueva York, la película obtiene un gran éxito. A pesar de la
sólida instauración del sonoro, al que cada vez son menos los que toman como un
hecho pasajero, el film logra unos beneficios de 448.000 dólares -había costado
270.000- lo que demuestra el apoyo incondicional que el público presta a la
Garbo. Esta será su última película muda. No pudiendo demorarlo por más tiempo,
el estudio se prepara ya para hacer hablar a su «reina».
Luis
Enrique Ruiz
Obras
Maestras del Cine Mudo
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