martes, 7 de agosto de 2012

El caballo de hierro – John Ford - Texto


The Iron Horse
Director: John Ford
Guión: Charles Kenyon, basado en la historia de Charles Kenyon y John Russell
Productora: William Fox para Fox Film Corporation
Estreno: 28 de agosto de 1924
País: EEUU.

A mediados del siglo XIX en Springfield (Illinois), Thomas Marsh se burla de los sueños de David Brandon acerca de un tren transcontinental. Mientras, sus hijos Davy y Miriam juegan felices. Animado por el respaldo a sus teorías de Abraham Lincoln, Brando parte con su hijo Davy con el fin de encontrar un paso para el ferrocarril a través de las montañas. Aunque su misión tiene éxito, Davy es testigo del asesinato de su padre a manos de unos indios conducidos por un hombre con dos dedos.
1862. Lincoln autoriza la construcción del transcontinental. Thomas Marsh es encargado de llevar a cabo el proyecto. Su hija Miriam se ha casado con Peter Jesson, el ingeniero de su padre. 1865. El asesinato de Lincoln no impide que la empresa siga adelante. Huyendo de los indios, Davy, pasajero del Pony Express, debe saltar a un tren en movimiento. Esto provoca su reencuentro con Miriam, a la que inicialmente no reconoce, aunque se siente atraído por ella.
Davy informa a Marsh de la existencia del desfiladero, que años atrás descubriera su padre, pero Deroux, un rico terrateniente, discute su propuesta, interesado en que el tren atraviese sus propiedades. Para verificar el hecho, Marsh manda a Davy y a Jesson, el cual, tras encontrar el desfiladero, intenta asesinar a Davy a instancias de Deroux, pero fracasa. La animadversión entre ambos hombres hace que Miriam tome la decisión de no volver a ver a Davy, a pesar de que le ama; lo que lleva a Davy a marcharse a trabajar al otro extremo de la vía férrea.
Empeñado en sus propósitos, Deroux incita a la guerra a los Cheyennes y, vestido como uno de ellos, dirige su ataque contra el ferrocarril. Davy consigue la ayuda de los hombres del pueblo, y en la sangrienta batalla, descubre en Deroux al hombre que asesinó a su padre y le mata. La revuelta es sofocada. Cuando en 1869, las dos líneas, Unión y Pacífico, se encuentran, Davy y Miriam vuelven a reunirse.

El impulso que para el western supone el éxito obtenido por el film La caravana de Oregón (The Covered Wagon, 1923) de James Cruze anima a la Fox a llevar a la pantalla The Iron Horse. La película se plantea desde el primer momento como una superproducción épica y su realización se encarga al poco conocido director John Ford.
El film posee altibajos narrativos, propios de un farragoso guión que, en un intento de desarrollar varias lineas temáticas, no acaba de atar todos los cabos. A la construcción del ferrocarril y a la relación de Davy y Miriam, se suma el tema de la venganza, que resulta un añadido innecesario. Esto obliga a Ford a apoyarse en la acción fílmica como eje sustentador del relato y posibilita la presencia en la película de momentos inolvidables, como la escena de la estampida o la del encuentro de las dos líneas férreas.
El film se rueda en los tres primeros meses de 1924 en Nevada, y aunque el trabajo se ve dificultado debido a las extremas condiciones climatológicas, el resultado va a compensar tal esfuerzo. Así, los grandes espacios abiertos componen impresionantes imágenes que otorgan al paisaje un rol protagonista.
Además, se despliega un enorme esfuerzo técnico y humano tratando de plasmar una reproducción de los hechos con la máxima fidelidad posible, lo que va a conferir a The Iron Horse una verosimilitud histórica de la que de otro modo hubiese carecido. Ford deberá soportar que, para el montaje final de la película, otro realizador ruede escenas adicionales con Madge Bellamy, de la que Sol Nurtzel, jefe de producción de la Fox, se ha encariñado.
Tras una gran campaña publicitaria, la película es estrenada el 28 de agosto de 1924 en el Lyric Theatre de Nueva York y en el Nuevo Teatro Chino de Hollywood simultáneamente, presentando secuencias tintadas. El film va a conocer una gran popularidad, así como excelentes beneficios de taquilla, con lo que el estudio se ve ampliamente resarcido de su inversión, y su realizador, catapultado a la fama.









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