jueves, 2 de agosto de 2012

Los cuatro jinetes del apocalipsis – Rex Ingram- Texto

            The Four Horsemen of the Apocalypse
Director: Rex Ingram
Guión: June Mathis, basado en la novela homónima de Vicente Blasco Ibáñez
Productor: Rex Ingram para Metro Pictures Corporation
Estreno: 6 de marzo de 1921
País: EEUU.

Madariaga, un despótico terrateniente argentino de origen español, ha logrado acaparar una inmensa fortuna. Con sus dos hijas casadas, una con un alemán y la otra con un francés, su apuesto y mujeriego nieto Julio, es ahora su debilidad, porque ve reflejado en él el espíritu de su juventud. Sin embargo, al morir, el viejo reparte su fortuna entre sus hijas. Las dos familias regresan a sus países de origen: Francia y Alemania.
En París, Julio goza de una acomodada posición. Ocupa su vida en la pintura, las mujeres y el tango, baile de moda, que Julio ensena a bailar en los cafés de Montmartre. Un día conoce a Marguerite Laurier, esposa de un amigo de su padre y se enamora de ella. La mujer llena ahora totalmente su vida. El señor Laurier se entera de la infidelidad de su esposa a través de un anónimo y la abandona. Ningún obstáculo interfiere en su amor, pero el asesinato del archiduque Francisco Fernando de Austria, significa el inicio de la Gran Guerra.
Francia entra en el conflicto y sus gentes responden a la movilización. El señor Laurier queda ciego en el frente y Marguerite siente el deber de acudir a Lourdes como enfermera para cuidarle. Julio va a buscarla, pero Marguerite, a pesar de estar locamente enamorada de él, decide quedarse junto a quien la necesita. Julio determina entonces alistarse en el ejército. En bandos opuestos se enfrentan los dos nietos de Madariaga.
El destino va a jugarles una mala pasada a los primos, cuando al estallar una granada, perecen ambos en el campo de batalla. Sus familias se lamentan de la triste ironía. Los cuatro jinetes del Apocalipsis: Victoria, Guerra, Peste y Muerte se alejan cabalgando al terminar la guerra, pero regresarán periódicamente mientras no se erradique el odio del corazón de los humanos.
Finalmente, la Metro Pictures consigue hacerse con los derechos de la codiciada novela de Vicente Blasco Ibáñez Los cuatro jinetes de la Apocalipsis, una obra de propaganda que narra el enfrentamiento entre dos ramas de una misma familia durante la Gran Guerra y que sólo en los EEUU. lleva vendidos más de dos millones de ejemplares. El guión lo escribe June Mathis, jefa de guionistas de la productora y persona de gran peso en la compañía. De ella parte la idea de encargar la realización del film a Rex Ingram, un irlandés que ha obtenido con sus dos últimas películas, Shore Acres y Hearts are Trumps, un éxito razonable.
El film destaca por la contundencia visual con la que Ingram nos describe los variados escenarios presentes en la obra. Dota a sus imágenes de una atmósfera, que es espléndidamente recogida por el fotógrafo John Seitz.
Pero, por encima de todo, la más grata sorpresa la constituye, sin duda, el descubrimiento de Rudolph Valentino, un joven actor de origen italiano, que hasta el momento no había interpretado sino papeles secundarios. La autoría del hallazgo es debida otra vez a June Mathis, quien contrata al actor tras quedar impresionada por su actuación en The Wonderful Chance, y descubrirle un atractivo en el que ella misma se siente atrapada.
El joven Valentino no va a defraudarla, revelándose como un auténtico animal cinematográfico. Sensualidad, audacia y magnetismo se combinan en este amante de mirada irresistible, que mientras ejecuta el baile del tango, consigue llevar a la pantalla unas dosis de erotismo desconocidas en el medio hasta la fecha.
La película se estrena en marzo de 1921 en el Lyric Theatre de Nueva York y el éxito que la acompaña es de una magnitud como no se recuerda en Hollywood desde El Nacimiento de una Nación (The Birth of a Nation (1915) de Griffith. Además de elevar al estrellato a Valentino, el film proporciona  un importante prestigio a su realizador Rex Ingram, y consigue salvar a la productora de los apuros financieros por los que atraviesa.







No hay comentarios:

Publicar un comentario