The
Crowd
Director: King
Vidor.
Guión: King Vidor,
John V.A. Weaver, Harry Behn, según un argumento de King Vidor.
Productora:
King Vidor, Irving Thalberg
para Metro Goldwyn Mayer.
Estreno:
18 de febrero de
1928.
País: EEUU.
4 de
Julio de 1890. Día de la
Fiesta Nacional. La señora Sims muere al dar a luz a su hijo
John. Doce años más tarde, el pequeño recibe la noticia de la muerte de su
padre.
1921.
El joven John, que llega a Nueva York lleno de ilusiones y expectativas,
consigue un empleo en una enorme oficina. Su compañero Bert le presenta a Mary
y a otra amiga. Los cuatro pasan juntos un día de asueto en Coney Island. John
y Mary se enamoran. Tiempo después, un gentío despide a la pareja cuando parten
con destino a Niágara a pasar su luna de miel.
Con
la rutina comienzan los problemas. Un día de Nochebuena, durante la visita de
su suegra y sus dos cuñados, John sale a comprar bebida, se encuentra con Bert
y regresa borracho. Las fricciones entre el matrimonio aumentan día a día, aunque
se alivian ligeramente tras el nacimiento en octubre de su hijo. En los
siguientes cinco años les ocurren dos acontecimientos importantes: el
nacimiento de una niña y una subida salarial de ocho dólares. Su suerte parece
cambiar cuando John consigue el primer premio en un concurso de slogans y
quinientos dólares, pero durante la celebración, un camión atropella a la niña
y la mata. John entonces se desploma.
Incapaz
de concentrarse en su trabajo, es amonestado por ello, por lo que, furioso, se
despide. Desmotivado, no le satisface ninguno de los empleos que se le
presentan, incluso rechaza el ofrecimiento de sus cuñados, lo que hace que Mary
se plantee abandonarle. John desesperado, intenta lanzarse a un tren, pero le falta
valor. De vuelta a casa, encuentra un empleo como hombre-anuncio. Puede
ser la oportunidad para comenzar de nuevo. John, Mary y el niño ríen juntos presenciando
un espectáculo de vodevil.
El
enorme éxito alcanzado por El gran desfile (The Big Parade, 1925),
otorga a King Vidor un prestigio dentro de la Metro , que lleva a Irving Thalberg a consentir al
director el rodaje de un film experimental, que narra la historia de un hombre corriente
intentado triunfar en la gran ciudad.
Con
una narrativa excepcional, Vidor convierte un relato cotidiano, carente de
lances espectaculares, en el más profundo y demoledor estudio del hombre llevado
nunca a la pantalla. La fatalidad, la quiebra del sueño americano y el hastío
conyugal enmarcan la vida de un hombre que lucha denodadamente por destacar
entre «la multitud», esa marabunta fría y deshumanizada que puebla las grandes
ciudades y cuyo poder devastador, será conocido por el individuo luego de su
fracaso. En última instancia y sumido en la más absoluta desesperación, el
hombre encuentra las fuerzas suficientes para luchar, y así reintegrarse en la
masa de la que siempre soñó salir. Aunque se proponen varios finales
alternativos, el amargo optimismo que desprende el elegido, difícilmente podría
haber sido superado por ningún otro.
No
limitándose a ser portadora de un discurso sobrecogedor, la película enmarca
éste impecablemente. En una de las escenas iniciales, se retrata la
insignificancia del individuo ante la urbe de una manera implacable.
Mostrándonos
en un contrapicado un enorme rascacielos, la cámara asciende hacia él y se introduce
por una de sus ventanas. Se nos aparece una oficina gigante repleta de mesas
dispuestas en hileras y finalmente se acerca a una de ellas: la que ocupa el
protagonista. Mediante esta genialidad técnica, el hombre queda integrado en la
multitud.
Un
demoledor colectivo, que ya está dispuesto a convertir sus sueños en
pesadillas, sin ni siquiera inmutarse por ello.
El
film se estrena el 18 de febrero de 1918 en el Capitol de Nueva York. A pesar
de no obtener un gran éxito comercial, la crítica acoge a The Crowd con
entusiasmo, calificándola de una de las obras cumbres de la cinematografía de todos tiempos y atisbando los valores
de la que es, sin duda, «excepcional».
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