miércoles, 1 de agosto de 2012

L' Atlantide - Jacques Feyder / Texto

            La Atlántida
Director: Jacques Feyder
Guión: Jacques Feyder, basado en la novela homónima de Pierre Benoit
Productora: Louis Aubert para Thalman y Cía.
Estreno: 1 de octubre de 1921
País: Francia

Un destacamento militar encuentra inconsciente en el desierto de Tanez al teniente Saint-Avit, uno de los dos oficiales desaparecidos en una expedición anterior, y lo traslada al cuartel general de Timbuctu. El teniente se recupera lentamente y, tres meses después, relata al teniente Ferrière su odisea en el desierto:
El capitán Morhange y el teniente Saint Avit parten a la búsqueda de un viejo camino de caravanas. En las montañas del Tifedest descubren una extraña inscripción y, guiados por un tarki que encuentran cerca de allí, hallan nuevas inscripciones en las cuevas de los montes Hoggar. Súbitamente se ven invadidos por una extraña embriaguez y, cuando despiertan, divisan desde sus habitaciones un bello oasis. Los oficiales son informados de encontrarse en un pequeño resto de tierra resurgida del hundimiento de la Atlántida y de ser prisioneros de su soberana, la reina Antinea. Esta colecciona amantes, a los que convierte en figuras de metal cuando se cansa de ellos.
Rechazada por el capitán Morhange, que sólo anhela su libertad perdida, la cruel Antinea induce a Saint-Avit, hechizado por su belleza y bajo el influjo de las drogas, a matar a su compañero. Cuando el teniente recupera la consciencia, con la ayuda de Tanit Zerga, una sirvienta de la reina, logra escapar de allí. En el ardiente desierto, Tanit pierde la vida y Saint-Avit se encuentra al borde de la muerte cuando es descubierto por el destacamento.
El teniente Saint-Avit, que desea fervientemente volver junto a Antinea, parte con Ferrière y el tarki hacia un incierto destino.

Ciertas disputas de Jacques Feyder con la productora Gaumont, motivadas por desacuerdos acerca de la película (La faute d'ortographe, 1919) y un recorte presupuestario de la compañía, hacen que ésta no se encuentre en condiciones de producir la adaptación cinematográfica de la novela de Pierre Benoit L'Atlantide, que Feyder tiene pensado llevar a la pantalla.
Tal contrariedad obliga al realizador a recurrir a un primo suyo, Alphonse Frédérix, director de la Banca Thalman, para la consecución de un préstamo de 600.000 francos.
Con este dinero, Feyder se embarca en el arriesgado proyecto que le lleva hasta Argelia. Para el papel de la Reina Antinéa, los productores, que desean una figura relevante en el reparto, imponen a Stacia Napierkowska.
Feyder, por su parte, habría preferido a Musidora, vampiresa por excelencia del cine francés y a la que el realizador había conocido dando vida a misteriosas seductoras en los seriales de Feuillade, con quien Feyder trabajó como asistente.
El aspecto formal de la película es cuidado con un esmero desacostumbrado en las producciones de la época. Desde las impactantes imágenes de exteriores rodadas en el desierto del Sáhara, pasando por la multiplicidad de estilos presentes en los decorados del Palacio de Antinéa, hasta la espléndida fotografía de Georges Specht, todo contribuye a dotar a la cinta de una credibilidad sorprendente, tanto en su vertiente realista, donde adquiere tono de auténtico documental, como en su veta más fantástica.
El mérito de Feyder se prolonga en la perfecta traslación a la pantalla del mundo onírico presente en la obra de Benoit y su exploración del subconsciente universal. El Paraíso perdido, la atracción de lo desconocido y la mujer fatal, seductora y verdugo de los hombres que caen en sus manos, conforman este relato repleto de paralelismos bíblicos y, a la vez, de elementos constituyentes de la psique colectiva.
La película va a llevarle casi un año de trabajo y, durante ese tiempo, el presupuesto se dispara, llegando a costar casi dos millones de francos, convirtiéndose en el film francés más caro jamás filmado. Estrenada en octubre de 1921 en el Gaumont-Palace de París, la película constituye un éxito clamoroso.







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