lunes, 23 de julio de 2012

Der Müde Tod - Fritz Lang


Las tres luces / La muerte cansada / Destino
Director: Fritz Lang
Guión: Thea von Harbou, Fritz Lang
Productora: Erich Pommer para Decla-Bioscop.
Estreno: 7 de octubre de 1921.
País: Alemania.

Una joven pareja de enamorados viaja en una diligencia. El vehículo realiza una parada en una posada, donde un misterioso desconocido, que se ha unido poco antes a los viajeros, desaparece con el joven. La muchacha busca desesperadamente a su novio y, al descubrir que es la Muerte quien se lo ha llevado, implora a ésta para que se lo devuelva. La Muerte le muestra tres velas (vidas) a punto de extinguirse y le explica que sólo si logra salvar alguna de ellas, podrá recuperarlo.

1. Bagdad. El califa pretende a la bella Zobeide. Ante su rechazo, manda perseguir al enamorado de la joven, un infiel que ha osado penetrar en el Templo de Alá. Aunque el joven inicialmente logra escapar, al final es capturado y enterrado vivo.
2. Venecia. Tratando de salvar a su amado de una conspiración urdida por su pretendiente Girolamo, la bella Frametta le manda un recado. El mensaje es, sin embargo, interceptado por el cruel pretendiente, quien lo sustituye por otro. La trampa surte su efecto y el enamorado muere apuñalado.
3. China. El mago A Hei junto con su hija Tian-Tsien y su enamorado Liang se presentan ante el Emperador, pero éste se encapricha de Tian y pretende quedarse con ella. Gracias a una varita mágica los novios logran huir, siendo perseguidos por la guardia imperial. La muchacha se convierte en estatua y el joven en tigre. Una lágrima recorre la mejilla de la estatua cuando un arquero abate al tigre.
A pesar de su fracaso en las tres pruebas previas, la Muerte ofrece a la muchacha una última oportunidad: si en una hora le entrega una vida cualquiera, ella conseguirá a cambio recuperar la de su amado. Pero nadie, ni el viejo boticario, ni el mendigo, ni los ancianos del asilo están dispuestos a ceder la suya. Aunque en el último momento, un fortuito incendio en el asilo le permite disponer de la vida de un bebé, ella se muestra incapaz de sacrificarlo.
La Muerte se compadece y los dos enamorados, abandonando sus cuerpos, pasean juntos por el Más Allá.

Profundamente impactado por el relato de la prolífica escritora Thea von Harbou sobre tres historias de amor que se ven truncadas por la muerte del enamorado, Fritz Lang logra convencer a Erich Pommer de la conveniencia de llevarlo a la pantalla.
La corriente romántica alemana inspira a la escritora en su fascinante visión de la muerte y Lang la transcribe literalmente a la pantalla. Su imponente figura, lejos de reflejar horror, es casi tierna, y su fatídica misión no es sino una obligación que ha de llevar a cabo muy a su pesar. La película constituye un profundo relato en el cual, mediante un discurso determinista, es puesto de manifiesto lo inevitable del destino. En una escena, cargada de simbolismo, se nos presenta a la Muerte junto a una multitud de velas, que representan las vidas de todos los seres humanos y cuyas llamas caminan hacia la extinción, dependiendo sólo del tiempo como modulador de su final común. Der Müde Tod destaca por su plasticidad prodigiosa, nutrida de variadas referencias pictóricas a Durero, Grünewald, Rembrandt, etc. y por las formas arquitectónicas que le sirven de marco. Además, las fuentes estéticas varían según las distintas historias. Así, en las exóticas imágenes del legendario Bagdad, con el modelo art-dèco para el carnaval de Venecia, o con el estilismo decorativo al recrear la antigua China se nos ofrece, en tintes expresionistas, un espectáculo visual diverso e irrepetible.
La película se estrena simultáneamente en el Mozartsaal y en el Kurfürstendamm de Berlín el 7 de octubre de 1921, sin obtener una gran repercusión popular. Tras su éxito en París el film logra el reconocimiento en Alemania, convirtiendo a Lang en un reputado director y pasando a conformar, junto a Madame Dubarry de Ernst Lubitsch y El gabinete del Dr. Caligari (Das Kabinett des Dr. Caligari) de Robert Wiene, la trilogía fílmica que sitúa a la cinematografía alemana en primera línea mundial.
El popular actor Douglas Fairbanks, impresionado por la película, compra los derechos para su distribución en EEUU, donde retitulada Destiny, es acogida con entusiasmo.

                                     Luis Enrique Ruiz - Obras maestras del cine mudo








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