lunes, 23 de julio de 2012

Die Nibelungen - (Siegfrieds Tod / Kriemhilds Rache) - Fritz Lang


Los Nibelungos
(La muerte de Sigfrido / La venganza de Crimilda)

Director: Fritz Lang
Guión: Thea von Harbou, Fritz Lang, basado en viejas leyendas germánicas y noruegas.
Productora: Erich Pommer para Decla-Bioscop-Universum Film A.G. (Ufa), Berlín.
Estreno: 14 de febrero de 1924.
País: Alemania.

1.                  La muerte de Sigfrido. Influido por los relatos de sus compañeros, el joven Sigfrido se dirige al castillo del rey Gunther a pedir la mano de su hermana Crimilda. Por el camino se enfrenta al dragón Fafnir, al que mata, adquiriendo la invulnerabilidad al bañarse en su sangre, excepto en la espalda, donde se le posa una hoja de tilo. En el país de las nieblas da muerte a Alberico al que arrebata una capa con la que hacerse invisible y su tesoro. Sus gestas llegan a oídos del rey Gunther, que acepta darle a su hermana en matrimonio si antes él consigue desposarle con Brunilda, reina de Iseland. Sigfrido ayuda al rey a derrotar a la soberana en tres pruebas, y adopta su forma para seducirla. Los dos matrimonios se celebran conjuntamente. Enterada Brunilda del engaño, exige a su esposo la muerte de Sigfrido. El corpulento Hagen Tronje logra con engaños arrancar a Crimilda el lugar vulnerable de Sigfrido y lo mata. Brunilda se suicida.

2. La venganza de Crimilda. Rüdiger, enviado de Atila, llega hasta el castillo del rey Gunther a pedir la mano de Crimilda para su soberano. Esta acepta y se casa con Atila, al que pronto da un hijo. Crimilda, con ánimo de venganza, invita a los nibelungos a la corte de su esposo, y pide a éste la vida de Hagen Tronje.
Atila se niega alegando que es su invitado. En la recepción Hagen, intuyendo la encerrona, mata al hijo de Crimilda y se refugia junto con el rey Gunther y sus hermanos en el castillo de Atila.
Crimilda incendia el castillo y a pesar de saber que condena a sus hermanos a una muerte segura, no desiste en su empeño hasta matar ella misma a Hagen. Saciada su sed de venganza, la vida de Crimilda se apaga.

Tratando de superar el éxito obtenido con Dr. Mabuse 1922, Fritz Lang se empeña en llevar a la pantalla la historia de los Nibelungos, un gigantesco proyecto que muchos califican de irrealizable. Basándose en leyendas germanas y escandinavas, así como en la obra de Wagner, Thea von Harbou escribe el guión de la obra, que divide en dos partes: La muerte de Sigfrido (Siegfrieds Tod) y La venganza de Crimilda (Kriemhilds Rache).
Con Die Nibelungen, Lang realiza un fresco medieval irrepetible, una historia de amores y venganzas, en donde todo el universo mitológico poblado por enanos que ocultan un fabuloso tesoro, el dragón cuya sangre confiere invulnerabilidad, castillos en encrespadas montañas y rudos bárbaros, es descrito con poética ingenuidad.
La síntesis en imágenes resulta portentosa, situando la plasticidad visual de la película muy por encima de una, en ocasiones, farragosa narrativa. Toda la magna escenografía diseñada por Otto Hunte, con su recreación en estudio del famoso bosque, la fortaleza de Atila, la reproducción de la ciudad de Worms, pasando por la lograda plasmación del dragón que necesita para sus movimientos de un equipo de ocho hombres en su interior, o las escenas de la sangrienta batalla final, son recogidos en cuadros de extraordinaria belleza. Trascendiendo a la propia historia, Lang desarrolla un inusual virtuosismo estético mediante el que nos trasporta en un viaje apasionante, con la única finalidad de mostrarnos la inexorabilidad del destino.
La primera parte se estrena en el Ufa Palast am Zoo de Berlín el 14 de febrero de 1924, y su continuación lo hace doce días más tarde en el mismo auditorio, logrando ambas un triunfo atronador que bate records de taquilla en Alemania y lleva a la Ufa, a pesar del elevadísimo coste de producción que ha supuesto la película, a obtener notables beneficios.

                                     Luis Enrique Ruiz - Obras maestras del cine mudo









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