Título Original: Shakhmatnaya Goryachka.
Año: 1925
País de Orígen: URSS
Año: 1925
País de Orígen: URSS
Estreno:
1925
Dirección: Vsievolod Pudovkin
Dirección: Vsievolod Pudovkin
Guión:
Nikolai Shpikovsky
Música:
Roger White
Fotografía:
Anatoli Golovna
Elenco: José Raúl Capablanca (campeón cubano de ajedrez), Boris Barnet, Zakhar Darevsky, Konstantin Eggert.
Elenco: José Raúl Capablanca (campeón cubano de ajedrez), Boris Barnet, Zakhar Darevsky, Konstantin Eggert.
Es
Estreno:
Sinopsis: A través de la historia de una pareja de jóvenes y sus desavenencias durante la competición, Poudovkine decidió hacer una sátira de la fiebre por el ajedrez que se desató en Moscú con motivo del Torneo Internacional de Ajedrez.
Sinopsis: A través de la historia de una pareja de jóvenes y sus desavenencias durante la competición, Poudovkine decidió hacer una sátira de la fiebre por el ajedrez que se desató en Moscú con motivo del Torneo Internacional de Ajedrez.
Vsevolod Illarianovich Pudovkin nació en Penza en 1893. Su familia era de origen humilde; sus padres eran campesinos, pero quisieron que su hijo tuviera buenos estudios. Empezó a estudiar Matemáticas y Física en
Su mundo cambió tras ver en Moscú ‘Intolerancia’ (una versión manipulada, por cierto),
de Griffith. Decidió que lo que él quería hacer era dedicarse al cine. Y, sin
pensarlo dos veces, abandonó la profesión de químico. En 1920 se inscribió en la Escuela de Cine, en la que
tuvo como profesores a Gardin y a Kulechov.
Sus primeras realizaciones autónomas son Shakhmatnaya
goryachka (La fiebre del ajedrez) cortometraje en clave de comedia de
1925 y Mekhanika golovnogo mozga (La
mecánica del cerebro), documental rodado en 1926 sobre la
teoría de los reflejos condicionantes de Pavlov.
“La fiebre del ajedrez” facilitó su contratación para
dirigir Mat (La Madre ),
película de 1926 y su primera gran obra. Su siguiente trabajo, al año
siguiente, fue Konets Sankt-Peterburga (El
fin de San Petersburgo), homenaje a la Revolución de octubre
de 1917. Su tercera gran película es Potomok Chingis-Khana (Tempestad
sobre Asia), rodada en 1929.
En su siguiente proyecto, Prostoy sluchay (Un simple incidente), de 1933, intentó
probar diversos efectos de sonido, incluyendo discordancias entre sonido e
imagen, pero tras varias modificaciones, las dificultades técnicas
hicieron que se exhibiera como película muda, siendo un fracaso.
Posteriormente, realiza Dezertir (El desertor, 1933), donde intenta de nuevo
desarrollar la teoría del “contrapunto audiovisual”. La película supuso un nuevo
fracaso.
Debido a problemas de salud, frena su actividad
cinematográfica hasta 1938, aportando una serie de películas que no alcanzarían
el éxito de su periodo mudo, como Pobeda (Madre e Hijos, 1938), Minin
y Pozharsky (Minin i Pozharskiy, 1938) y Suvorov (General Suvorov, 1941).
Tras la
Segunda Guerra Mundial realiza algunos otros trabajos
marcados por los límites que permitía el poder, hasta que en 1953, año de su
muerte, nos regala un último éxito: Vozvrashcheniye
Vasiliya Bortnikova (El regreso de Vasili Bortnikov).
Pudovkin, aparte del famoso “Manifiesto del contrapunto sonoro”, firmado junto a Alexandrov y
Eisenstein, aportó diversos estudios teóricos.
Se aleja de la influencia de Eisenstein y de Kulechov. Así,
no acepta los imperativos de la vanguardia sobre el guión y la narrativa.
Además, suele utilizar actores profesionales, de los cuales logra
interpretaciones magistrales. Aunque la esencia suele ser un tema colectivo,
personifica las tramas en personajes concretos. Alterna con acciones paralelas
los relatos individuales con los grandes temas colectivos.
Pudovkin planificaba todo al detalle antes de rodar,
utilizando los denominados “guiones de hierro”,
que contenían escenarios, iluminación, posición y (si es menester)
desplazamiento de cámara y el montaje que se va a realizar. Es decir, que así
como Eisenstein realizaba el montaje a posteriori, Pudovkin lo hacía a priori.
Uso del montaje constructivo
Pudovkin está en contra del uso del plano general, prefería
los planos próximos de detalle. Para él la intensidad dramática puede
aumentarse construyendo exclusivamente por medio de detalles significativos.
Esto debe influir en la forma de tratar el tema en el momento de escribir el
guión. Para conseguir una continuidad efectiva, cada plano debe marcar un punto
de progresión específica. Para él términos como “interpolación” y “corte” son
expresiones absurdas. Los detalles que forman parte de una escena no se pueden
interpolar en ella, sino que deben ser la base sobre la cual ésta se construya.
«El montaje es la base estética del filme (…) es preciso reconocer
que el concepto de montaje no es siempre entendido en su amplitud e
interpretado en su verdadero significado: es frecuente la concepción ingenua
que entiende por montaje la simple operación de encolar los vanos trozos de película
según el orden cronológico; para otros, existen solo dos tipos de montaje, uno
lento y otro rápido, olvidando o ignorando que el ritmo, es decir, la ley que
determina la duración o la brevedad de los trozos de película a montar, está en
realidad muy lejos de agotar todas las posibilidades del montaje (…) la
expresión “rodar una película” es del todo falsa y debe desaparecer del uso. Un
filme no es rodado, sino construido con cada uno de los fotogramas y con las
escenas que constituyen su materia prima (…)
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