Ballet mecánico
Director: Fernand Léger
Guión: Fernand Léger
Productora: Synchro Ciné
Estreno: 30 de septiembre de 1924
País: Francia.
Una mujer se columpia. Una rápida sucesión de imágenes nos muestran
botellas, un sombrero, un triángulo. Alternativamente vemos unos labios que
sonríen y un sombrero. Engranajes. Péndulo.
La mujer columpiándose vista desde arriba. Más péndulos.
Triángulo-círculo alternados.
Ojos atónitos. De entre unas imágenes indefinidas surge un rostro masculino.
Triángulo-círculo.
Números 1-2-3. Botellas. Imágenes indefinidas. Péndulos. Ojo derecho e
izquierdo mostrados separadamente. Péndulos. Elemento giratorio.
Imágenes urbanas: un tobogán por el que bajamos, pies de soldados
desfilando, coches, atracción de feria, círculos, cuadrados. Diversas máquinas.
Triángulo-círculo. Nuevas máquinas cuyos engranajes giran.
Una mujer abre y cierra los ojos. Separada en tres tandas se nos muestra
hasta 24 veces la secuencia de una mujer subiendo una escalera con un bulto
sobre el hombro.
«On a volé an collier de perles de 5
millions». El robo del collar se anuncia repetidamente de forma fragmentada. Una
mujer gira su rostro 180°. Una figura acartonada se acerca y aleja de la cámara
en movimiento pendulante.
Rostro de una mujer que pasa la mano por su cara. Círculo triángulo. Discos
que giran. Gran número de cacerolas alineadas. Un círculo se acerca y aleja.
Piernas de maniquí desde diversas posiciones. Péndulos. Sombrero.
Mujeres en espejos distorsionantes. La mujer gira la cabeza al lado
contrario. Botellas. Una figura chaplinesca se descompone. La mujer, que antes
se columpiaba, ahora huele unas flores.
El pintor francés Fernand Léger encuentra en el medio cinematográfico un
terreno experimental para el desarrollo del universo futurista que le apasiona.
Léger toma prestados de la realidad diversos objetos cotidianos y nos
los presenta fuera de su contexto habitual y carentes de toda identidad. Para
lograr ese efecto, los objetos son constantemente repetidos en la pantalla y
mezclados con rostros humanos dotados de movimientos mecanizados, además de
diversas figuras geométricas.
Este auténtico aluvión de imágenes nos es mostrado a ritmo variable y
algunas de ellas, por su rapidez, llegan a resultar imperceptibles al ojo
humano en una proyección normal. Sólo en su pase a cámara lenta o fotograma a fotograma,
logran ser captadas, lo que parece un tímido intento del realizador por
mostrarnos el oculto poder de lo subliminal.
Con la insistencia de sobreimpresiones, distorsiones y repeticiones, Léger
crea un efecto abstracto, en el que celebra la forma geométrica y el movimiento
mecánico, en un ejercicio no exento de sentido del humor. Poco importa que su
apuesta sea fundamentalmente estética, que el ordenamiento de sus imágenes resulte
gratuito o que el discurso fílmico carezca de contenido. En todo caso, el
placer visual basado en su encanto decorativo, el regocijo intelectual en la
búsqueda minuciosa de un hipotético substrato, y sobre todo las posibilidades que
la película abre en el medio cinematográfico, avalan la enorme importancia del
film.
La película se estrena en Viena a finales de setiembre o a primeros de
octubre de 1924; el 3 de mayo del año siguiente lo hace en Berlín; en Londres y
Nueva York se efectúa simultáneamente, el 14 de marzo de 1926, convirtiéndose
en un film de proyección obligada en circuitos cinematográficos especializados.
Unos problemas previos de distribución van a provocar, sin embargo, que
el film no sea estrenado en París hasta finales de la primavera de 1926.
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