lunes, 23 de julio de 2012

Yo acuso - Abel Gance - 1919


J'Accuse


Director: Abel Gance.
Estreno: 25 de abril de 1919.
País: Francia.

Orneval, en la Provenza. En casa con su mujer Edith, Franois bebe tras una cacería. Jean Diaz, en otro tiempo novio de Edith, es ahora un poeta y escribe la obra Los pacíficos. François odia y siente celos de Jean, que antes fuera su amigo.
Al entrar Francia en guerra, una multitud enfervorizada lo celebra por las calles. François se alista y Jean es enviado como teniente al mismo lugar. La amistad vuelve a unirles cuando Jean, tomando el lugar de François, arriesga su vida en una peligrosa misión.
Pasado un tiempo, Jean regresa a Orneval, donde ya nada es como antes. El pueblo ha sido duramente castigado por la contienda y la madre de Jean ruega a Dios que pida cuentas a los responsables de tan terrible caos.
Cuando François llega al pueblo de permiso, descubre que Edith tiene una hija, Angela, y responsabiliza de ello a Jean, al que intenta matar. Edith confiesa entonces a su marido que Jean nada tiene que ver, siendo un soldado alemán el culpable de su maternidad En el frente de Verdún, Jean, ahora un soldado más, pierde la razón mientras François cae gravemente herido. Al día siguiente de la victoria, François muere en el hospital dando la mano a Jean, después de reconocer a la niña y pedir a su amigo que si sobrevive cuide de las dos mujeres.
Al volver a casa, Jean cuenta a Edith su visión: las víctimas de la guerra se levantan de los campos de batalla y preguntan si su sacrificio ha servido para algo.
Jean, cada vez más atormentado por esas terribles pesadillas, pide a la muerte que se lo lleve, ya que sólo así podrá conseguir la paz interior que necesita.

Abel Gance forma parte de la nueva ola de cineastas franceses que, liderados por Louis Delluc y con confesada voluntad vanguardista, buscan una reorientación del cine en su país. De entre toda la escuela impresionista –en la que se incluyen Germaine Dulac, Marcel L'Herbier, Jean Epstein- es Gance el que destaca como el más grandilocuente y visionario.
Aunque producido con el concurso del Servicio Cinematográfico de la Armada Francesa, el film no es la propaganda de guerra que muchos esperan.
Por el contrario, se trata de una película pacifista en la que algunos ven un marcado sentimiento antimilitarista, y dado que en estos tiempos la sensibilización patriótica es denominador común en un gran sector de población, no es de extrañar que la orientación del film vaya a acarrear a Gance algunos problemas.
J'acuse se convierte en un amasijo de espectaculares movimientos de masas, impactantes efectos de pantalla dividida, expresivos primeros planos y delirantes escenas, en una de las cuales, los muertos en combate se levantan de los campos de batalla y preguntan reprochantes si su muerte ha servido para algo. Pero toda esta desmesura, que en ocasiones bordea el ridículo, no impide evidenciar la sinceridad, fuerza y sentido fílmico del que Gance hace gala, y que en sus mejores momentos le emparentan con Griffith.
La película supone una denuncia de la inutilidad de la guerra y de la inconsciencia de los que, conociendo sus consecuencias, arrastran a los suyos al terrible caos de destrucción y miseria. En su alegato, el director intenta impactar en el espectador y hace de los simbolismos y lo macabro moneda de cambio, dando ya muestras de un naciente lirismo ganceriano.
El film obtiene, tras su estreno el 29 de abril de 1919, una resonancia considerable, y será objeto de un remake por el mismo autor en la década de los 30.






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