La montaña
del tesoro
Director: Alexander Dovzhenko
Guión: Mikhail Johansen, Yurtik (Yuri Tyutyunik)
basado en un relato de Alexander Dovzhenko inspirado en leyendas populares
ucranianas
Estreno: 13 de abril de 1928
País: URSS.
La acción se
sitúa en Ucrania varios siglos atrás. El anciano abuelo conduce una banda de cosacos
a la montaña del tesoro, Zvenigora. Allí, consiguen derrotar a un grupo de
bandidos polacos, pero un misterioso monje, que custodia la montaña, surge de
la tierra y frustra sus intentos de conseguir el tesoro en ella escondido.
Ahora, ya en el
siglo XX, el abuelo vive junto con sus dos nietos, el despreocupado Pavel y el
trabajador y diligente Timoshka. Pavel y el abuelo persisten en su idea de
encontrar el tesoro
que, según viejas
leyendas, continúa enterrado en Zvenigora.
Mientras, Timoshka lucha en la Guerra Mundial y, al declararse el alzamiento
revolucionario, se une a los bolcheviques. Pavel y el abuelo, en cambio,
intentan ignorar los cambios sociales que se están produciendo.
El abuelo narra a Pavel cómo hace siglos vivía en Zvenigora la princesa
Roksana y su pueblo y cómo fueron sometidos por unos invasores que les
obligaron a pagar tributos en oro, que según viejas leyendas, permanece
enterrado en la montaña.
Pavel se une a la Guardia Blanca
y lucha contra las fuerzas de la armada roja en las que milita su hermano.
Continúa aferrado a la tradición. Exiliado después de la guerra, consigue dinero
de forma poco ortodoxa en el oeste de Europa para financiar una nueva búsqueda
del tesoro y regresa a su patria. Timoshka continúa trabajando en la creación
de una nueva Ucrania. Junto con los soviets, participa en la construcción de un
ferrocarril a través de Zvenigora.
Enterado de este proyecto, Pavel convence al abuelo de que deben
sabotear la vía férrea, pero el anciano se arrepiente en el último momento. Al
fallar el plan, Pavel, desesperado, se suicida y el abuelo es subido en el tren
por los revolucionarios, a los que el viejo acompaña en el viaje del
ferrocarril, que se aleja atravesando la montaña mágica, rumbo hacia un nuevo
horizonte.
Será un súbito arrebato, en el transcurso de 1926, el que llevará a
Alexander Dovzhenko, un ucraniano de 32 años, a arrinconar sus sueños de
convertirse en pintor e iniciar los estudios de cine en Odessa. Sólo dos años más
tarde, el realizador nos presenta Zvenigora.
Tomando como base diversas leyendas populares y costumbres del pueblo
ucraniano, Dovzhenko combina en Zvenigora realidad y fantasía, para
ofrecernos un sentido y profundo relato, lleno de poesía y amor hacia su
tierra. Los elementos mitológicos contenidos en el film confieren a éste un
toque de romanticismo, que sirve de contrapunto ideal a la precisión histórica
y tono documental de la obra.
Pasado y presente, en rítmica alternancia, desfilan ante nuestros ojos
mostrándonos imágenes de gran belleza. Con una frase, el propio Dovzhenko,
resume a la perfección el talante inspirativo que le animó a crear esta
película:
«Zvenigora no
la he hecho, la he cantado como un pájaro».
Con impecable manejo de la iluminación, donde pueden advertirse claras
influencias del impresionismo ganciano, Dovzhenko nos introduce en un universo fantástico,
autóctono y complejo, pleno de simbolismos, que en ocasiones llegan a
dificultar la comprensión del film para el gran público. En este sentido, el
realizador declara tajante:
«Que ciertas personas no comprendan mi película, es culpa de su manera
de ser, y es algo que no puedo remediar. Quizás sean incapaces de pensar, y mi
propósito ha sido el de estimular su capacidad de raciocinio».
La película se estrena el 13 de abril de 1928 en Kiev, y un mes más
tarde en Moscú. A pesar de las iniciales reticencias del público, poco a poco,
el film va acrecentando su popularidad hasta llegar a constituir un importante
suceso que otorga enorme prestigio a su realizador, situándolo, de golpe, a la
altura de los grandes maestros del cine soviético: S.M. Eisenstein y V. Pudovkin.
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